lunes, 8 de febrero de 2010

Tolerancia


Todos nosotros tenemos una visión, una percepción de la vida diferente. Eso es porque cada cabeza es un mundo y es imposible que todos pensemos de la misma forma. Recuerdo, que un profesor siempre nos decía, que nadie tiene la hipoteca de la verdad en sus manos, y tiene razón. Es por eso, que debemos aprender a ser tolerantes con quienes nos rodean.

Debemos tener mucho cuidado al formular nuestras opiniones. Al hablar, debemos aclarar siempre, que lo que decimos no es más que una opinión y podemos estar equivocados. Nunca debemos empezar una oración con, “Esto es así” o “Te voy a demostrar que lo que dices es falso”, porque podemos estar equivocados. Más bien tratemos de comenzar con “Me parece, aunque no estoy muy seguro que…”, “Yo por mi parte opino, que deberíamos… aunque si alguien tiene una mejor idea…” o “Yo me he equivocado muchas veces, pero creo que…” De esa manera, todos querrán escucharnos con mucha atención y además ellos tenderán a adoptar una posición en la que también pueden estar equivocados.

Nunca digamos a tal o cual persona que se equivoca directamente; hagámosle saber primero que es una opinión personal nuestra, que podemos estar en lo incorrecto, y de esa manera se abrirán para rectificar, si estaban en lo incorrecto, o si es en caso contrario, salimos ilesos y rectificamos nosotros, si tenemos que hacerlo.

En nuestro acontecer político cercano, tenemos a un país polarizado, donde el presidente grita e insulta y la oposición herida, responde con argumentos muy lógicos, que el gobierno se equivoca, pero presentándolos como una verdad absoluta. Con respecto a esto, Dale Carnegie el sociólogo norteamericano dice “Podrá usted volcar sobre él toda la lógica de un Platón, o de un Kant, pero no alterará sus opiniones, porque ha lastimado sus sentimientos”. Claro está, todo esto es, una opinión.

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