jueves, 16 de febrero de 2012

¿Átomos para la Paz?

El proyecto nuclear de Irán comenzó con la cooperación de los Estados Unidos bajo el nombre “Átomos para la Paz” en el año 1957. En aquél tiempo ya se veía con cierta preocupación la finalización del petróleo en el mundo (recurso no renovable) y se comenzaron a buscar alternativas nucleares para este producto. Ese mismo año en Viena se crea la OIEA (AIEA en inglés) que es el brazo de la ONU que se encarga de los asuntos correlativos a la energía atómica para su regulación y correcto uso. El proyecto dejó de tener el apoyo de los Estados Unidos desde el año 1979 por causas políticas que surgieron en el país. En 1995 Irán obtiene el apoyo de Rusia para continuar con este proyecto. Al año siguiente China se le sumó al proyecto. En el 2004 se suspendió voluntariamente el enriquecimiento de uranio con el propósito de crear confianza en la comunidad internacional.

Con las nuevas elecciones Admadineyad retoma el programa nuclear bajo sospechosas
circunstancias. Aunque la OIEA no consiguió pruebas en el 2005 de que se están haciendo investigaciones para la creación de armas de destrucción masiva, el gobierno de George Bush se apresuró a decir, como parte de su campaña de lucha contra el terrorismo, que Irán pertenece al grupo del “Eje del mal” y pidió a la ONU sanciones contra el país. Montada su guerra contra Irak, no es muy difícil inferir que las intenciones de Bush eran bélicas.

El resto de los países vio con peligrosidad las investigaciones llevadas a cabo. Los repetidos ataques a la comunidad judía, sus constantes negaciones al holocausto NAZI, su ultra conservadurismo (pena de muerte para los homosexuales y el caso de una actriz a la que se le condenó a 90 latigazos y un año de cárcel por aparecer desnuda en una película) y su ferviente odio hacia los Estados Unidos nos da una idea de que también él tiene intenciones bélicas. Declaraciones tales como "Nosotros no tomamos parte en la revolución para un gobierno por turnos [...] Esta revolución trata de alcanzar un gobierno mundial", nos hace pensar que estamos en frente de un dictador.

La OIEA en el 2007 no tuvo nunca intenciones de aplicar sanciones militares sino económicas, para llegar por la vía pacífica a un acuerdo. Irán no solamente no ha acatado las órdenes, sino que ha ampliado su programa alegando que eso es derecho legítimo de ellos. Todas las negativas del gobierno de Admadineyad no hicieron más que aumentar las tensiones internacionales. Para el año 2007 no se había conseguido ningún tipo de pruebas fehacientes que comprobaran la existencia armas nucleares pero los ataques verbales, el comportamiento de su presidente, las acciones en contra de la comunidad judía y americana, todo nos lleva a sospechar. Esto nos lleva a la siguiente reflexión ¿Por qué Irán no se ha separado de la ONU, si no ha querido respetar ni una sola de las resoluciones de este ente?

Las verdaderas intenciones de Admadineyad se fueron revelando con el tiempo. En el 2011 el informe de la OIEA logró descubrir lo que ya se venía sospechando desde hace mucho tiempo. Irán tiene información para metalizar el uranio que es base para la creación de bombas nucleares. Desde ese momento la resolución en la OEA por parte de Israel, la comunidad europea y los EE.UU. fue un embargo económico de tipo petrolero (Enero 2012). Es natural que cuando se agotan las medidas diplomáticas es necesario el requerimiento de medidas drásticas (Hard Power) Hay que recordar que uno de los factores que hace que Irán sea una gran potencia económica son sus grandes reservas de petróleo.

Ante el embargo, la respuesta de Ahmadineyad no se hizo esperar. Amenazó al mundo con bloquear el estrecho de Ormuz. Este punto del mapa es estratégico, si lo cierra logrará impedir las exportaciones de petróleo de todo el mundo árabe. En Europa el Reino Unido manifestó su descontento con las amenazas del dictador. Esto trajo como consecuencia que Ahmadineyad retirara al embajador inglés de su país.

El presidente iraní fue personalmente a buscar apoyo en los países latinoamericanos. Hugo Chávez, siendo líder de la izquierda latinoamericana lo recibió con los brazos abiertos. Hay que entender que la simpatía del presidente Chávez por Ahmadineyad no es solamente por una cuestión de ideales (populismo barato, antiimperialismo yankie, rancias izquierdas caducas, etc.) sino que le conviene económicamente. Si Ahmadineyad logra cerrar el estrecho de Ormuz, van a suceder dos cosas. La primera es que Estados Unidos se verá obligado a aumentar el porcentaje de petróleo que le compra a Venezuela (Recordar que la gestión de Obama redujo la compra de petróleo venezolano) y segundo el precio del petróleo se mantendrá en alza, lo que le conviene para mantenerse en el poder. El gobierno iraní profundiza este cabildeo al crear una televisión islamita especial para Latinoamérica y España.

Ante tales temores Israel quiere lanzar un ataque preventivo contra Irán antes de que pueda hacerse más poderoso y llevarnos a una debacle mundial. Son evidentes las amenazas a la paz mundial que esto significa. Si Irán llega a desarrollar energía nuclear para creación de bombas, podríamos estar hablando de una III Guerra Mundial.

El ministro de defensa israelí argumenta “Sería más difícil, más peligroso y costaría más sangre tratar con un Irán nuclear que detenerlo hoy”. La comunidad judía tiene experiencia olfateando dictadores antisemitas y ven en Ahmadineyad un futuro Hitler. Este hombre no solamente ha negado el holocausto, sino que ha calificado a los judíos de fascistas, en un torpe intento por torcer la historia tal como la conocemos, subestimando e insultando a la inteligencia de la comunidad internacional y del mundo entero.