Si hay algo que este gobierno nos
está recordando todo el tiempo, a toda hora, en todo momento, es que todo lo
que construyen con las manos, lo destruyen con los pies. Después de haber
organizado un festival de talla internacional, con una excelente escogencia, comienzan
ellos con mal pie.
Me refiero por supuesto al día de
la inauguración, el viernes 10. En esta función especial en la que cada
agrupación tenía derecho a dos entradas de cortesía, nos recibe conque nosotros
llegamos tarde, habiendo estado allí a 20 para las 5pm, y por eso no podían
darnos nuestras entradas porque la taquilla ya cerró.
No fui el único, mi madre,
Vladimir Vera, Fedora Freites, Francis Rueda, Aura Rivas, entre otros estuvimos
en el mismo embrollo, hasta que tuvo que bajar el Presidente de FUNDARTE a
disculparse y conseguirnos puestos pues la inoperancia de protocolo no pudo
lograrlo.
Entramos a las 5pm, hora en la que
estaba estipulado comenzar, y en la que hicieron esperar a todo el público más
de una hora porque el Alcalde (léase
de Libertador) no había llegado a dar su discurso de apertura. A las 5 y 15pm
entra alguien de protocolo a anunciarnos que la obra no comenzará todavía, pues
el Alcalde dará su discurso primero y dando además órdenes a los medios de
comunicación, sobre su organización. Mientras pasaba el tiempo, los aplausos de
presión y desaprobación no se hicieron esperar, pero ninguno surtió efecto.
No es sino hasta las 6 y 15 que
entra Ernesto Villegas al que media sala abucheó. Lanza un “Viva Chavez”, y
comienza su discurso proselitista con el mismo disco rayado de siempre. Después
sale Jorge Rodríguez también se lanzó otro discurso y en el que no dejábamos de
tener el mal sabor en la boca después de haber esperado tanto. Había además más
invitados políticos que artísticos.
Finalmente comienza la obra a las
6 y 20, Paganini, del que puedo
decir en principio,
Gracias por haberme hecho pasar el mal trago anterior. Paganini, son un cuarteto, que no solo demuestran sus dotes como músicos sino como clowns, un espectáculo por demás interactivo con el público y no excesivo en su tiempo.
Entre su repertorio están la
famosa Aria de Carmen (Bizet), Manuel de Falla, la estación Invierno de Vivaldi,
La canción para Cello de Bach, entre otras además de música tradicional country en un
momento de “incertumbre musical que no estaba en el programa”, y como era de esperarse un gran final con el
Caprice #24 de Paganini. Todo esto mezclado con un estilo clown abundante en cabriolas, estereotipos bien definidos, comedia
física que hacen una risa universal y entendida por todos. Excelente selección
para comenzar un festival de teatro.
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