domingo, 12 de abril de 2015

¡Arranca el festival!

Si hay algo que este gobierno nos está recordando todo el tiempo, a toda hora, en todo momento, es que todo lo que construyen con las manos, lo destruyen con los pies. Después de haber organizado un festival de talla internacional, con una excelente escogencia, comienzan ellos con mal pie.

Me refiero por supuesto al día de la inauguración, el viernes 10. En esta función especial en la que cada agrupación tenía derecho a dos entradas de cortesía, nos recibe conque nosotros llegamos tarde, habiendo estado allí a 20 para las 5pm, y por eso no podían darnos nuestras entradas porque la taquilla ya cerró.

No fui el único, mi madre, Vladimir Vera, Fedora Freites, Francis Rueda, Aura Rivas, entre otros estuvimos en el mismo embrollo, hasta que tuvo que bajar el Presidente de FUNDARTE a disculparse y conseguirnos puestos pues la inoperancia de protocolo no pudo lograrlo.

Entramos a las 5pm, hora en la que estaba estipulado comenzar, y en la que hicieron esperar a todo el público más de una hora porque el Alcalde (léase de Libertador) no había llegado a dar su discurso de apertura. A las 5 y 15pm entra alguien de protocolo a anunciarnos que la obra no comenzará todavía, pues el Alcalde dará su discurso primero y dando además órdenes a los medios de comunicación, sobre su organización. Mientras pasaba el tiempo, los aplausos de presión y desaprobación no se hicieron esperar, pero ninguno surtió efecto.

No es sino hasta las 6 y 15 que entra Ernesto Villegas al que media sala abucheó. Lanza un “Viva Chavez”, y comienza su discurso proselitista con el mismo disco rayado de siempre. Después sale Jorge Rodríguez también se lanzó otro discurso y en el que no dejábamos de tener el mal sabor en la boca después de haber esperado tanto. Había además más invitados políticos que artísticos.

Finalmente comienza la obra a las 6 y 20, Paganini, del que puedo decir en principio,

Gracias por haberme hecho pasar el mal trago anterior. Paganini, son un cuarteto, que no solo demuestran sus dotes como músicos sino como clowns, un espectáculo por demás interactivo con el público y no excesivo en su tiempo.


Entre su repertorio están la famosa Aria de Carmen (Bizet), Manuel de Falla, la estación Invierno de Vivaldi, La canción para Cello de Bach, entre otras  además de música tradicional country en un momento de “incertumbre musical que no estaba en el programa”, y como era de esperarse un gran final con el Caprice #24 de Paganini. Todo esto mezclado con un estilo clown abundante en cabriolas, estereotipos bien definidos, comedia física que hacen una risa universal y entendida por todos. Excelente selección para comenzar un festival de teatro. 

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