sábado, 15 de mayo de 2010

El Contrato de Locke





















Como ya vimos en el ensayo anterior sobre Hobbes, el hombre en su Estado natural es un anarquista, que no tiene moral ni ética alguna, no respeta leyes, por eso se justifica que el rey sea un absolutista que le quita todas las libertades al hombre, para conseguir la paz y el orden.

Para John Locke, Hobbes estaba equivocado, y con mucha razón. En primer lugar porque no tenia una visión tan pesimista del hombre. La formación del Estado es creada para propósitos muy diferentes ¿Para qué el hombre hizo el Estado? ¿Por qué tal contrato? Locke responde que el estado debe encargarse, según sus propias palabras de “la vida, la libertad, la salud, el descanso del cuerpo y la posesión de cosas externas, tales como dinero, tierras, casas, muebles y otras semejantes”.

Él entiende que no existe tal cosa como la perfección. El hombre en su mayor parte del tiempo es un ser racional, sin embargo tiene emociones y pasiones que usadas en exceso pueden llevarlo a cometer actos irracionales. Por lo tanto el Estado está para garantizarle bienestar al ciudadano e impedir que el hombre se desvíe del camino correcto. Debe crear las condiciones para que el hombre busque su felicidad. Si por un momento se desvía de ese camino, el Estado está para reformarlo y castigarlo si es necesario. Las leyes están pues para garantizar justicia, igualdad y libertad.

La visión antropológica de Locke se basa en su visión pragmática de la vida. El hombre llega al conocimiento a través de lo que perciben sus sentidos y después racionaliza sobre ello. No tiene ideas innatas preconcebidas. Es decir, si cree en Dios, es porque en un principio le dijeron que existe y voluntariamente, decidió creer en él, porque lo vio como algo bueno, pero no porque desde que nació ya sabía de su existencia. Es decir, una persona que no tenga nociones básicas sobre las matemáticas, no podrá saber sumar o restar, porque son conocimientos que aprende en su proceso de educación y socialización. De allí la importancia que le da Locke a que el hombre sea un ser social, a que esté en contacto con lo que le rodea. A diferencia de Hobbes que veía la socialización como “un mal necesario”

Para Locke el hombre en su Estado natural se sabe libre e igual, derechos irrenunciables ante el contrato estatal. Estos derechos irrenunciables son cuatro, el primero es el derecho a la vida. Como yo soy dueño de mi, el estado no tiene el derecho a disponer de mi vida, el único que tiene ese derecho soy yo mismo. Soy libre, por lo tanto el Estado no puede perseguirme ni apartarme por mis creencias, religiones, gustos, colores, valores, ética y moral. De manera que si yo soy, liberal, conservador, cristiano, judío, católico, hugonote, calvinista, deísta, agnóstico, o para llevarlo a estos tiempos, proyankie, capitalista, anarquista, social demócrata, socialcristiano, al estado eso no le debe interesar

Como el hombre es laborioso, lo que trabaja es suyo; la propiedad privada es un derecho natural también. El Estado no tiene el poder de quitarle al hombre lo que por derecho es suyo.

El Estado tiene la obligación de reconocer el derecho natural que tiene el hombre desde que nace. Por lo tanto si un gobierno no está respetando los derechos y las libertades que son fundamentales e intocables, es porque no se está respetando el contrato y el hombre puede, como dice Locke “clamar al cielo” y rebelarse sin que esto sea un acto ilegítimo. Éste es el último de los derechos inalienables que tenemos todos.


Es importante saber que gracias a los aportes de Locke, tenemos hoy en día la declaración de los derechos humanos, que se han ido ampliando y mejorando con el tiempo. Sin duda Locke es un humanista que veía al hombre, no como el diablo que presentaba Hobbes, o el santo varón de Tomás de Aquino, sino tal como es, con sus virtudes y defectos. Indudablemente un modelo que todo humanista debe de tomar muy en cuenta.

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