lunes, 22 de noviembre de 2010

Dos caras de una misma moneda

Después de la muerte del Benemérito Juan Vicente Gómez “El tirano liberal”, Caracas comienza un proceso de modernización lenta y ordenada, exactamente como eran las políticas de aquellos tiempos. La urbanística de aquel entonces fue cambiando de esa pequeña aldea que era, para convertirse en lo que el poeta Antonio Pérez Bonalde llamó “La ciudad de los techos rojos”.


Durante los gobiernos militares de López Contreras, Medina Angarita y Pérez Jiménez (Periodo 1936-1958) hubo un crecimiento ordenado de la ciudad de Caracas. Carlos Raúl Villanueva fue el arquitecto visionario que soñó con una Caracas moderna y ordenada. Había grandes expectativas para Caracas. Se soñaba con que igualáramos a Buenos Aires o a Madrid que ya eran grandes ciudades para aquel tiempo. Durante este periodo se ampliaron carreteras, se construyeron hoteles como el Humbold, en general se siguió con el proyecto de ciudad de Villanueva que se venía construyendo. El proyecto urbanístico iba acorde a los planes.



Con el advenimiento de la democracia, se relajaron los proyectos. “Como si mañana existiera en este país. Este país todo es hoy. Todo es para ahora. Pura emergencia. Es un país en emergencia” reflexiona el maestro Javier Vidal en su obra Showtime. Desde ese momento todo fue construido bajo esta premisa de emergencia, todo es para ya, sin pensar en las consecuencias futuras. Esto trajo como consecuencia el caos. Factores como la migración del campo a la ciudad junto con gobiernos populistas y permisivos, hicieron que en vez de construir edificios donde los nuevos ciudadanos se establecieran, se les permitiera la construcción de ranchos que comenzó a causar serios problemas arquitectónicos en la ciudad. Por eso vemos terribles barrios como el de La Bombilla donde no parece haber respiro. Además es posible ver en Caracas desordenes tales como un edificio en mitad de ranchos.

Es importante recordar que Caracas es principalmente un valle (lo que pasa es que lo olvidamos al ver tanto rancho) y por lo tanto las plantas crecen incluso en medio de su caótico desenvolvimiento, lo que nos da a entender que esta tierra es extremadamente fértil.

Por otro lado estos gobiernos democráticos dieron algunas soluciones a la vialidad caraqueña, como la construcción de la Cota Mil, que en su momento resolvió a los citadinos buena parte del problema, aminorando una muy buena parte del caos. Pero recordemos todos que la democracia
duro cuarenta años, siendo la Cota Mil el único gran proyecto de vialidad durante todo ese tiempo. Es muy poco para todo el tiempo que estuvieron en el poder estos “melcheviques criollos” (Melchevismo: Doctrina y práctica de los melcheviques, fundamentalmente una forma moderada de socialismo)


Pero no todo es caos en esta ciudad. Hay también sectores como Las Mercedes, el Cafetal, Chuao, Prados del Este, Alto Prado, Manzanares, Los Naranjos, donde hay un cierto orden, por lo menos desde el punto de vista arquitectónico. Sin embargo estas zonas no están exentas del caos caraqueño producido por la cantidad de carros y las carreteras que los 11 años de Revolución no se han preocupado por ampliar, mejorar y mantener lo que produce más caos, eso sin mencionar el servicio del metro y sistemas de transportes exteriores.
¿Dónde están los logros de estos “Bolcheviques revolucionarios”? Pues aparte del proyecto del viaducto Caracas-La Guaira, no ha habido solución alguna para resolver este gran problema.

En conclusión podemos decir que Caracas era una ciudad que en sus inicios tenía grandes expectativas de ser, lo que por ejemplo es Bogotá hoy, una tacita de plata. Para finalizar termino con estas preguntas sin contestar ¿Cómo es posible que se haya permitido tanto desorden? ¿Son el orden y el progreso posibles dentro del caos? ¿Será cierto que el venezolano busca orden y no lo consigue?

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