Este artículo a muchos les
podrá parecer una repetición de lo mismo, un llover sobre mojado, sin embargo
si hay algo que está también más que demostrado, es que el pueblo venezolano
sufre de amnesia crónica y parece que se les olvidan las cosas que ya pasaron,
cualidad peligrosa para el propio pueblo, pues al gobierno se le hace más fácil
reescribir la historia sin que nadie se lo reclame. También me preocupa el
silencio de la comunidad internacional porque es entonces difícil explicarle a
los extranjeros, por qué esto es una dictadura. Por eso es importante recordar
para no olvidar, como dicen los judíos. Lo que vivimos hoy es indudablemente
una dictadura que se viene cocinando desde el año 1999, cuando el gobierno de
Hugo Chávez tomó posesión del poder. Voy por partes.
Cuando Chávez llegó al poder
en 1999, pidió una reforma constituyente para modificar todo el sistema
político desde sus entrañas más íntimas como si viniéramos de la transición de la
recién muerte de Gómez o de Franco o del mismo Stalin, o como si recién hubiese
caído Mussolini o Hitler. Desde ese momento comenzó su errático comportamiento
al jurar sobre una constitución moribunda y como bien dijera Jorge Olavarría en
su momento “No digo que el Presidente ha violado su juramento, porque lo dio en
forma harto irregular, al extremo que puede decirse que no juró como se lo
manda la ley. En ese momento calificó de “moribunda” a la Ley Constitucional y
no sé si dijo que juraba respetarla o terminarla de matar.”
A partir de ese instante se
creó una Asamblea paralela, así como se escucha, el primer golpe de estado de
Chávez fue uno institucional al Congreso y el pueblo venezolano parece que ni
cuenta se dio. Vuelvo a citar a Jorge Olavarría porque mejor no pudo haberlo
explicado:
“El señor presidente ha instado repetidamente al desacato por la Constituyente a ser elegida, de los términos del mandato aprobado por los electores en el referéndum, cuyas bases clara y explícitamente le negaron a la Asamblea Constituyente a ser elegida, el carácter “originario”.La Corte Suprema de Justicia ha negado el pretendido carácter originario de la Asamblea. Sin embargo, el señor Presidente ha afirmado y reafirmado repetidamente, que la Asamblea Constituyente va a disolver los poderes, va a destituir a los Diputados y Senadores y a los gobernadores de los Estados, tan legítimamente elegidos como él, va a destituir a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y a todos sus jueces y va a nombrar sus sustitutos porque alega que su origen está viciado, y que esa Asamblea va a derogar, modificar y hacer Leyes, todo ello antes de aprobar la Constitución y antes de que esa constitución sea aprobada por el pueblo en un referéndum. Nunca antes, salvo en los días de Boves y Morales, se había hecho una prédica tan clara y abierta en favor del caos y la anarquía. Nunca. Los más radicales revolucionarios han predicado un orden nuevo. Pero orden. Nadie ha predicado el desorden, la incertidumbre y la arbitrariedad como ideales para construir una nueva república. El presidente pretende equiparar la elección de la Constituyente con un hecho revolucionario, creador de un gobierno de facto. Estamos, pues, ante la necesidad de desvelar un enorme engaño, que nos está invitando a elegir no a unos representantes encargados de hacer una nueva Constitución, sino de elegir a unos dictadores.”
Y así fue, 11 meses con unos
diputados que no eligió nadie, que se encargaron de hacer una nueva constitución
y con ello la dictadura dio sus primeros pasos. Lo primero que hicieron fue la
eliminación de la cámara alta, con la excusa de que "salía muy cara para
el estado". Noticia de última hora, La democracia ES cara, son los precios
de la libertad. Unos años después se reformó el Tribunal Supremo de Justicia
para amplificar el número de Jueces en los altos tribunales, ¿Y para qué? Pues
para que el gobierno incluyera a todos los jueces que le convenían a él.
Al eliminar el hecho de que
las fuerzas armadas eran una institución obediente y no deliberante, en unos
años todo el militar que alzara su voz en nombre de la institucionalidad
militar fue considerado un traidor a la patria y después de muerto Chávez,
todos gritan al unísono "¡Militares, socialistas, revolucionarios,
antiimperialistas y chavistas"! Por lo tanto hoy día, cuando el gobierno y
sus personeros hablan de institucionalidad del país, se refieren a la
institucionalidad de Chávez, no del estado.
Otra de las cosas que se
modificó en la nueva Constitución fue el sistema de reelección. Un poco de
historia es necesario para entender este punto.
En la Constitución de 1961,
el periodo presidencial duraba cinco años. Después de este periodo el
presidente que quisiera aspirar a ser reelecto, tendría que esperar diez años. Esto
es obviamente algo que había que modificar pues trajo como consecuencia que la
tercera generación democrática no ascendiera al poder. Explico: El gobierno
tuvo una primera generación de políticos democráticos entre los que ascendieron
al poder Rómulo Betancourt y Raúl Leoni de Acción Democrática (partido de
Centro izquierda) y Rafael Caldera de COPEI (partido de Centro derecha). Vino
después una segunda generación de políticos entre los que se encontraron Carlos
Andrés Pérez, de Acción Democratica, Luis Herrera Campins de COPEI y Jaime
Lusinchi de Acción Democratica. En este momento le tocaba a la tercera
generación de políticos entrar en la tolda, pero en vez de eso, los políticos de
generaciones anteriores, ávidos de poder quisieron reelegirse y volvió a
gobernar Carlos Andrés Pérez al que le sucedió Rafael Caldera.
Ante este atroz defecto de
la constitución del ’61, fue para Chávez muy fácil tener como argumento para
ganar las elecciones que la política necesita de nuevas caras. Eso sumado a la imagen
de justiciero vengador que creó asumiendo la responsabilidad del golpe del ’92,
el general descontento que llevó a la población en creer en la anti política y
la nostalgia de muchos por el regreso de un Pérez Jiménez, lo llevó fácilmente
a poder.

Por si fuera poco, ya
mencioné que este gobierno no pierde una, la Asamblea Nacional le dio a Chávez
en varios años de su gobierno, la Ley Habilitante, que en esencia le daba súper
poderes especiales para hacer las leyes que le vinieran en gana. De esta forma
fue creando leyes que contradicen la propia Constitución Nacional, que no son
más que el proyecto, casi entero, de la reforma constitucional que ya había
perdido. Tranquilamente ese año siguiente de la reforma, Chávez gobernó a su
antojo incluyendo todas estas leyes inconstitucionales e ilegítimas.
Pero no toda la lucha del
movimiento estudiantil fue en vano, dentro de esa reforma incluía una cosa muy
grave, la patria potestad donde, tal como si esto fuera Esparta o la Alemania
NAZI, el gobierno te iba a quitar a los 3 años a tu hijo para que sirviera al
estado como mejor le plazca. Se echaron para atrás con lo de la patria potestad
y afortunadamente el gobierno no volvió a insistir en ello, lo que yo
considero, aunque sea pequeño, un logro en favor de la democracia y en contra
del comunismo imperante en Venezuela.


Lo más reciente, fue la
militarización de la Plaza Francia en Altamira, al cual Maduro iba a asistir a
dar un discurso, pero en vista de la intachable protesta pacífica que causaron
los vecinos de la zona, el oso diabético que se encierra en la jaula de acero
que forjó su mentor, tuvo que decir que no fue por “problemas técnicos”.
¡Gobierno cobarde!
1 comentario:
muy buena reflexión, hijo, sigue escribiendo que algo deja o algo queda como diría Kotepa Delgado.
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